11 ene 2011

Ante la partida de nuestra querida Maria Elena - 10/01/2011.


Mail de mi unico hermano, 11 años menor que yo, ya un libro de poemas publicado y una decena de otros que anidan entre sus archivos y no quiere dar a luz...

"Cuando era chico recuerdo un libro suyo para niños que, creo, quedó en mi casa de Jujuy cuando mi padre fue su guía para conocer Humahuaca.
No tuve entonces la suerte de disfrutar sus cuentos ni sus canciones. Pero en los últimos 25 años sus poemas marcaron mi vida para siempre. Canciones de amor y Canciones para convivir y Dame la mano y vamos ya son los tres álbumes que los Zupay grabaron con canciones de María Elena. Entre mis libros quedaron los dos tomos de su obra (casi) completa: Las canciones y Los poemas junto con la novela Novios de antaño.
Como mi vida de entonces escoró y escoró, sólo me queda el gozo sin sombras de aquellas lecturas, las muchas letras memorizadas por el canto. una María niña viajando invitada por Juan Ramón Jiménez... y mi Barco Quieto que finalmente tocó
fondo.
Camino a los 50 sigo protestando porque a estos años todo se nos muere junto, tan de golpe.
Somos como las Estatuas de la Plaza, querida señora, como ellas."


Cuando llueve me dan no sé qué
las estatuas.
Nunca pueden salir en pareja
con paraguas,
y se quedan como en penitencia,
solitarias.

Señalando la fatalidad
en las plazas,
miran serias pasar cochecitos
y mucamas.
No se ríen porque no tuvieron
nunca infancia.

Marionetas
grandes, quietas,
con ellas no juega nadie.
Pero si una sombra mala
para siempre las borrase,
qué dolor caería
sobre Buenos Aires.

Cuando llueve y me voy a dormir
las estatuas
velan pálidas hasta que llegue
la mañana,
y del sueño de los pajaritos
son guardianas.

Su memoria procuran decir
sin palabras
y nos piden la poca limosna
de mirarlas
cuando quieren contarnos un cuento
de la Patria.


Así lo decía Mercedes






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